A pesar de ser el menos popular entre los tipos de atado que ofrece IMABE, el alambre de acero recocido presenta ventajas clave en situaciones que requieren máxima resistencia y rigidez. Su alta capacidad de tensión asegura una sujeción firme, ideal para fardos de forraje de alta densidad o de gran tamaño, y mantiene la compactación durante manipulaciones intensivas o apilamientos altos. Además, el alambre de acero resiste bien las condiciones climáticas extremas y mantiene la integridad de los fardos en entornos de transporte exigentes, lo que lo convierte en una opción confiable para el almacenamiento prolongado y la exportación de grandes volúmenes de forraje.